Lamento por Mrs. Mones
para Roberto Méndez
Bajo el único álamo rojo que crece
en el cementerio de indigentes de Hart Island
Rita Serrano tiembla
Entre sus finas manos
que han hecho feliz a más de un hombre
ella estruja el periódico de la tarde
que todos han leído en New York City
Conrado Mones
de origen cubano
se suicidó introduciéndose en la jaula de los osos
en el Zoológico del Central Park
Ella no va de negro
como iría — en su lugar — la gente de Artemisa
Lleva unos blue jeans muy apretados
suéter blanco y zapatos deportivos
como en la foto de primera plana
Conrado Mones
- veintinueve años —
no era loco ni vagabundo ni delincuente
Era un profesor de biología
desempleado
El crudo otoño del 82
la envuelve la sacude casi la desnuda
para que ella no olvide las palabras
que su marido dijo
al guardián de los osos
Siempre es lo mismo
no tengo futuro
Hay que acercarse a los animales
Yo al menos trato de demostrarles que los amo
Bajo el único álamo rojo que crece
en el cementerio de indigentes de Hart Island
Rita Serrano llora
Y de sus finas manos
que han hecho sufrir a muchos hombres han caído
el diario de la tarde la niebla en New York City
Y nadie
nadie en los alrededores podrá
tan lejos de Artemisa
consolarla
Lament for Mrs. Mones
for Roberto Méndez
Beneath the only red poplar growing
in Hart Island's indigent cemetery
Rita Serrano trembles
In her fine hands
that have made more than one man happy
she crushes the evening paper
everyone has read in New York City
Conrado Mones
of Cuban origin
committed suicide by entering the bear cage
in Central Park Zoo
She is not dressed in black
as those from Artemisa — in her place — would be
She wears tight blue jeans
white sweater and tennis shoes
like the picture on the front page
Conrado Mones
- 29 years old —
was not crazy or homeless or criminal
He was an unemployed
biology professor
The crude autumn of '82
envelopes her shakes her almost undresses her
so she won't forget the words
her husband said
to the bear keeper
It's always the same
I have no future
We need to get closer to the animals
I at least try to show I love them
Beneath the only red poplar growing
in Hart Island's indigent cemetery
Rita Serrano cries
And from her fine hands
that have made many men suffer
has fallen
the evening paper New York City's fog
And no one
no one around
so far from Artemisa
can console her
Víctor Rodríguez Núñez translated by Katherine M. Hedeen